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Si queremos aspirar realmente al campeonato doméstico no se puede fallar tantos partidos fuera de casa. Sólo hemos ganado ante el Levante en horas bajas, Racing, Osasuna y Villareal. Demasiados puntos perdidos en ese camino hacia el campeonato liguero.
Ayer se produjo lo de casi siempre, mucha posesión pero poca profundidad y casi ni un solo desmarque sin balón. Con un buen Valladolid plantado en defensa y saliendo muy rápido en contragolpe llegaría el 1-0: Messi pierde la pelota en medio del campo y como un rayo se adentraron en el área blaugrana y, con algo de suerte, introdujeran el balón en el fondo de las mallas. El Barça seguía dominando pero no llegaban jugadas de gol, de ahí a que la delantera de Frank Rijaard permutara con Bojan y Ronaldinho constantemente.
Se empezaban a asentar los dos equipos en el terreno de juego y el Valladolid, espoleado por su afición, empezaba a irse más al ataque, comiéndose el centro del campo rival, que no llegó a convencer en todo el encuentro. Ni Xavi, ni Iniesta, ni siquiera Leo Messi, totalmente desaparecido, conseguían crear peligro. Sólo Ronaldinho con algún destello de calidad y Bojan luchado como nadie hacían algo de daño a la zaga local. El Valladolid seguía muy bien posicionado pese a la superioridad del Barça con la posesión de la pelota, aunque en una jugada colectiva todos tocaron el balón, excepto Víctor y Silvinho, para establecer el empate a uno en el marcador, obra de Ronaldinho a gran pase de Xavi.
En la segunda parte oportunidades para ambos que al final se llevaron un punto cada uno en un partido feo donde del Barcelona se salva muy poco, como Bojan, un pedazo jugador con descaro, atrevido, con mucha calidad que seguramente le espera un gran futuro.
El domingo recibimos al Betis y el miércoles al Rangers de Glasgow, todo en el Camp Nou. A priori fáciles partidos para enderezar el rumbo en liga y para casi sentenciar el grupo de clasificación para la Champions League.