Quizás lo comentado últimamente sobre el juego del Barça es razonable. Cierto es que a todos nos gusta que gane, y que lo importante ahora es ganar a cualquier precio, ser más prácticos y efectivos y dejarse de florituras, pero a mi no me vale tan poco. Hablamos del Barça, un grande que pese a estar sumergido en una media crisis, con la plantilla que tiene, tendría que aportar algo más de fútbol sobre el campo. Ayer se ganó por la mínima y se consiguieron tres puntos importantes, pero el público volvió a impacientarse y la imagen fue realmente penosa.

El Racing estuvo bien colocado durante todo el encuentro, pero al igual que todos los equipos que juegan en el Camp Nou, su posición era retrasada y siempre buscaban el contragolpe. Pese a tener la defensa adelantada, los delanteros blaugranas no encontraron profundidad. Hasta que a la media hora del encuentro el Barça empezaba a llegar a la portería de Coltorti. Y así el gol puede llegar. Y llegó. Con suerte, es verdad, pero que le pregunten al Madrid si la suerte no es necesaria. En el minuto 30, Deco lanzó un saque de esquina, Navas despejó tan mal como supo y el balón le cayó a Henry que, a un metro de la línea de gol, no perdonó. Era el 1-0. Lo más difícil estaba hecho.
El problema es que de aquí al descanso, el Barça no creó ninguna ocasión más. Se dedicó más a controlar el juego y el balón, viendo como el Racing pocos problemas llevaba.

En el segundo tiempo, el Barça salió igualito que al final del primero. Con el marcador a favor, parecía que era suficiente aguantando, controlando y evitando al máximo los riesgos. Eso y que, ya se sabe, los jugadores interpretan también lo que hace el entrenador. Y si el técnico había decidido dar descanso a jugadores habituales, pues los que jugaban también interpretaban que un día de estos, vete a saber cuándo, tendrán que jugar en Copa contra el Villarreal y valía más la pena ahorrar esfuerzos. El Racing buscaba el empate, pero sin crear peligro, y el Barça tampoco creaba demasiadas ocasiones. Un disparo de Deco (50′) que salió fuera por poco y un Gudjohnsen lento que no supo aprovechar una buena jugada de Henry (54′). Y poca cosa más.Rijkaard movió el banquillo. Primero entró Márquez por Gudjohnsen y después Messi por Giovani. Y, como siempre, el argentino revolucionó el equipo, el Camp Nou y todo lo que tenía por delante. En su primera acción, provocó una falta cerca del límite del área que Deco lanzó mal, a la barrera. Sin duda una gran noticia la recuperación de Messi para los próximos compromisos.