En casa es otra cosa. El Barça regresaba al Camp Nou tras la derrota en Getafe y en su casa el Barça es el mejor. No lo puso nada fácil el Rayo que plantó cara, pero no pudo hacer casi nada para evitar el contundente Barcelona 4-0 Rayo Vallecano.

Con la derrota de la jornada pasada se necesitaban los puntos y Guardiola sacó un once de garantías. Solo descansaron Busquets y Puyol. Piqué y Mascherano eran los jefes de la defensa, el argentino que sigue demostrando sus capacidades y polivalencia, el catalán muy seguro toda la noche, sacó con criterio el balón y forzó la amarilla que le permitirá llegar limpio al clásico (a nos ser que haya sanción más amplia). En el ataque, un hombre por encima del resto, Alexis Sanchez. El chileno logró el 1-0 con un auténtico golazo y despejó las dudas que los madrileños empezaban a sembrar en el Camp Nou. También logró el 2-0 y por primera vez escuchó corear su nombre a la afición.

Villa, muy vivo durante el partido, participativo, descarado -el Villa que todos queremos ver- logró el 3-0 tras una asistencia de Alves. El Rayo no se rindió y en vez de copiar a muchos equipos que pasan por Barcelona siguió creándo peligro en vez de encerrarse atrás. Esa circunstancia, con tantos huecos, la aprovechó Messi para establecer el 4-0 definitivo. A partir de ahí, Guardiola movió el banquillo.

El sábado recibimos al Levante, luego el Bate en Champions, el Clásico y el Mundialito: un mes sin descanso.