El Barça empieza a poner las cosas en su sitio. El miércoles conseguía la primera plaza de su grupo en Champions y este domingo consiguió el liderato de la liga española tras vencer al Sporting de Gijón en el Molinón, en un partido disputado y donde vencieron los azulgranas por la mínima 0-1. La gran novedad fue el once titular donde no entraron ni Puyol ni Piqué, aunque éste segundo jugó unos minutos en la segunda parte. Adriano era titular igual que Thiago en el centro del campo. Guardiola sigue con el esquema 3-4-3, aunque parece que fuera de casa no funciona al 100%.

Los primeros veinte minutos fueron deslumbrantes, movilidad, combinaciones, pero había poca profundidad. Xavi volvió a realizar un partidazo y dirigió a los suyos con maestría. De sus botas salió el disparo que rechazó el palo y aprovechó Adriano para marcar el único gol del partido. A partir de ahi, nada de nada. El Barça andaba con la posesión del balón, pero todo era extremadamente previsible y sin crear peligro. Solo Thiago ponía algo de magia en sus acciones. Con el resultado tan corto, cualquier error o situación afortunada del contrario ponía en peligro los puntos en juego. Valdés, que igualó a Zubizarreta en partidos jugados en liga, tampoco tuvo excesivo trabajo, pero la sensación de que podía suceder algo era real.

Incluso Messi no supo o no pudo desequilibrar el encuentro. Pecó de individualista en varias ocasiones, y luchó su partido él solo, entrando poco en circulación de juego. Se le vió apagado. Aun así, tuvo una clara ocasión de cabeza y le hicieron un penalti claro que no fue señalado. Se le nota demasiado su afán por superar a CR7 este año en el pichichi. Los goles llegarán solos, pero no se puede obsesionar Leo. Ni él ni el equipo. Ahora un nuevo parón para las selecciones nacionales, esperemos recuperar jugadores e ir vaciando la enfermería. Abidal también cayó aunque en 10 días puede estar listo.