El Chelsea FC es el nuevo campeón de la Champions League. Contra todo pronóstico, los blues consiguieron alzarse con su primera Copa Europea. La final contra el Bayer fue un calco a la semifinal contra el Barça, los ingleses plantearon un partido excesivamente defensivo soltando o intentando crear peligro con los contragolpes. El Bayern de Mundich fue superior, pero no supo doblegar a un equipo inferior en cuanto a fútbol se refiere. Volvió a vencer el equipo de la propuesta rácana y ya empieza a ser habitual. El Chelsea se merecía una Champions League por su trayectoria en los últimos años, pero quizás se en esta edición donde peor a jugado, como equipo pequeño.
Los penaltis decidieron una final, fea, sin ocasiones, sin buen fútbol. Un equipo que sabía lo que hacer y el otro que no supo como hacer para evitar y superar una defensa correosa. Muller, Robben o Ribery tuvieron sus ocasiones, pero ninguno acertó entre los tres palos, Drogba era la pieza fundamental del ataque del Chelsea, pero estuvo todo el encuentro excesivamente solo. A falta de diez minutos Muller adelantaba al Bayern de Munich, era el 1-0 y parecía que la final estaba sentenciada, pero Drogba puso el 1-1 con un cabezazo en un córner.
En la prórroga más miedo a perder que a ganar y de ahí las pocas ocasiones generadas aunque Robben tuvo en sus manos el campeonato, pero lo desaprovechó al fallar un penalti. Con el empate final llegaron a la tanda de penaltis. Lamh marcó el 1-0 y Mata falló su penalty. David Luiz, Lampard y Cole marcaban para el Chelsea, mientras en el Bayer Gomez y Neuer no fallaban desde los once metros. Olic erró su lanzamiento y todo se decidía en las botas de Schweinsteiger y de Drogba. El penalti del alemán se estrelló contra el palo y el de Costa de Marfil valió para conquistar la Copa.