Hacía mucho tiempo que no venía un equipo sin complejos al Camp Nou, anoche el Betis jugó de tu a tu contra el FC Barcelona y casi consigue arruinarle la noche a los azulgranas. Esta temporada solo el Sevilla consiguió arañar un punto, pero recordando el partido, el Barça no tuvo fortuna cara a puerta. El Betis fue intenso, agresivo en defensa, pero no desperdició la posesión del balón. Este Betis tiene mucho mérito. El Barça comenzó mandando en el marcador, que no en el juego. Xavi remató a puerta vacía para colocar el 1-0 en el marcador tras un rechace a disparo de Cesc Fábregas. Messi dos minutos después, lograba el 2-0 tras una buena jugada colectiva y asistencia de Alexis. Solo había pasado un cuarto de hora y el partido estaba encarrilado. Ahí el Barça se durmió, no cerró el partido y Rubén Castro a cinco minutos del final de la primera parte recortaba distancias, 2-1.
Pep Guardiola se equivocó claramente con el sistema de 3-4-3, un sistema que solo funciona si se tiene el dominio total del balón. En el descanso reaccionó y volvió a defensa de cuatro. Aunque el partido lo equilibró ese cambio el Betis consiguió el 2-2 tras un golazo de Santa Cruz desde la frontal. En ese momento la distancia con el Real Madrid era de 7 puntos. El equipo supo reaccionar y espoleado por un público muy participativo consiguió la victoria final. Mario fue expulsado por doble amarilla ante el acoso y derribo de los azulgranas que gracias a un pase de Xavi a Alexis, consiguió el 3-2, golazo del chileno. El colegiado (malísimo) pitó penalti en una jugada dudosa, donde hay un posible fuera de juego, mano de Abidal y el penalti dudoso del defensa verdiblanco. Quizá esta acción no fue clara, pero sí el clamoroso penalti a Iniesta instantes antes que incomprensiblemente el árbitro no señaló. Messi marcó, era el 4-2, resultado final. El Betis no lo puso fácil y el desgaste fue importante, toca recuperarse y el miércoles…clásico.